Batalla fiscal internacional por el coche eléctrico

La guerra comercial y de subsidios que se ha prolongado desde 2018 entre los principales bloques económicos y potencias podría extenderse al sector de la automoción europea, un sector crucial no solo para la transición energética, sino también para la economía en general, ya que representa el 7% del PIB y 13 millones de puestos de trabajo directos e indirectos.

China ha estado apostando por los vehículos eléctricos durante varios años y ha logrado liderar el mercado internacional en este campo. Su ventaja radica en su sofisticación tecnológica, precios competitivos y una política comercial agresiva. Esto ha generado preocupación entre los fabricantes europeos y la clase política, lo que ha llevado a la adopción de medidas.

En mayo, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció que los vehículos eléctricos chinos no podrían beneficiarse de las ayudas estatales para renovar la flota de vehículos, argumentando razones ambientales y el impacto de los vehículos fabricados en China. Sin embargo, no existe un consenso uniforme entre los 27 países miembros de la Unión Europea. Por ejemplo, Lituania apoya las restricciones propuestas por Francia debido al veto de China a sus productos por acercarse a Taiwán. Por otro lado, Alemania se muestra escéptica, ya que China es uno de los principales destinos de sus exportaciones y su industria podría resultar perjudicada.

En un intento por aportar claridad en un debate donde las opiniones de los países europeos todavía difieren significativamente, la Comisión Europea ha dado un primer paso al anunciar que elaborará un informe sobre prácticas de dumping centradas en China. Este anuncio se produce después de que en agosto pasado un automóvil fabricado en China se convirtiera por primera vez en el más vendido en España.

Según Eduardo Irastorza, consultor y profesor de la escuela de negocios EAE, China ha ganado la carrera de los vehículos eléctricos a Europa, al igual que lo hizo en otros campos tecnológicos como el 5G y las placas fotovoltaicas. Los precios más bajos de los vehículos chinos se deben a factores como la mano de obra más económica, un mercado más grande, economías de escala y ayudas públicas. La Comisión Europea ha señalado que estas ayudas son ilegales.

A pesar de la ventaja de China en la fabricación de vehículos eléctricos, Europa aún tiene una ventaja competitiva en áreas como el big data, el conocimiento del cliente y la fidelización, que serán importantes a medida que los consumidores busquen modelos de suscripción en lugar de poseer un automóvil. Los valores asociados a las marcas de automóviles europeas también siguen siendo un factor importante en la elección de los consumidores.

(Expansión, 20-09-2023)

26/09/2023|