La inversión extranjera se decanta por Madrid, que capta 7.600 millones por los 800 millones de Cataluña

La inversión extranjera experimenta una fuerte caída durante la primera mitad del año, con un marcado descenso en Cataluña, que pasa a ocupar la tercera posición detrás de la Comunidad Valenciana y registra cifras que no se veían en casi diez años. Las empresas españolas lograron atraer inversiones por un valor de 11.996,4 millones de euros en el primer semestre del año, según los datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, lo que representa una disminución del 26,6% en comparación con el mismo período del año anterior, cuando se alcanzaron los 16.352,1 millones. Esta situación plantea desafíos para la continuación de la recuperación económica en los meses siguientes.

Sin embargo, la situación no es uniforme, ya que la Comunidad de Madrid concentra la mayor parte de la inversión, capturando 7.579,3 millones de euros, lo que equivale al 63,2% del total, casi tres puntos porcentuales más que en el primer semestre del año anterior. Le siguen a gran distancia la Comunidad Valenciana (2.268,2 millones, duplicando con creces la cifra del primer semestre de 2022) y Cataluña (824,7 millones, menos de la mitad que el año anterior). El resto de las regiones se sitúan por debajo de estas cifras, con Murcia en 371,5 millones, el País Vasco en 310,7 millones, Andalucía en 155,7 millones, Aragón en 119,1 millones y Baleares en 104,3 millones.

El problema principal para atraer inversiones extranjeras se centra en Cataluña, donde los 824,7 millones captados en la primera mitad del año representan el peor registro desde 2014, cuando se vio afectada por el inicio del proceso independentista. En 2013, Cataluña atrajo el 20,8% de la inversión extranjera en España, pero esta cifra comenzó a disminuir en los años siguientes debido a la incertidumbre política y la salida de empresas, alcanzando el 6,8% del total en el presente ejercicio. Tanto Madrid como la Comunidad Valenciana han ganado peso en la inversión debido a que se han convertido en un refugio para las empresas catalanas que buscaban un entorno político más estable, especialmente en el caso de la banca en la última región mencionada.

El declive en las inversiones no se limita a Cataluña, ya que la cifra global se sitúa por debajo de los niveles anteriores a la pandemia y aún no se ha recuperado por completo, a excepción del efecto de rebote en 2022. Este año, las cifras son un 35% más bajas en comparación con el promedio de los años 2017, 2018 y 2019, aunque el capital atraído fue excepcionalmente alto en la primera mitad de 2018. Además, a excepción de las cuatro principales regiones mencionadas, las demás apenas han captado 952,6 millones, un 73,7% menos que el año pasado, lo que refleja la debilidad del tejido empresarial fuera de los principales centros de actividad. La menor atracción de inversiones puede representar un obstáculo para la economía española en los próximos meses y se suma a otras señales negativas observadas recientemente, como la disminución de la facturación empresarial, el aumento de la inflación y la caída de las exportaciones.

Este deterioro podría deberse a ciertas medidas aplicadas por el Gobierno que penalizan a varios sectores, como el financiero (que apenas ha atraído 90,7 millones, en comparación con los 527,7 millones en promedio de los últimos diez años) o las actividades inmobiliarias (468,4 millones, frente a los 1107,4 de la década anterior). Además, la industria electrointensiva ha experimentado una disminución significativa debido al aumento de los costos energéticos, al igual que la industria automotriz, afectada por la incertidumbre y la compleja transición hacia los vehículos eléctricos. Además, en el último año, el aumento de las tasas de interés, la desaceleración de la economía europea y el agotamiento del efecto de las inversiones aplazadas durante los dos años más difíciles de la pandemia hasta 2022 han contribuido a la reducción de la inversión extranjera.

En cuanto a los sectores, el más beneficiado por la atracción de inversiones es el energético, impulsado por el aumento de los precios, con el petróleo atrayendo 3.400 millones y el suministro de energía recibiendo otros 1.006,5 millones. Le siguen la sanidad (1.758,3 millones), las telecomunicaciones (1.669,8 millones), las actividades inmobiliarias (468,4 millones), el comercio mayorista (422,7 millones), la informática (389,9 millones), la industria química (377,4 millones), la construcción de edificios (335,1 millones), el comercio minorista (233,2 millones), la industria alimentaria (216,6 millones), la confección de ropa (191,5 millones) y los servicios de alojamiento (158,6 millones).

(Expansión, 21-09-2023)

26/09/2023|