Récord de retirada de depósitos bancarios de las familias

La inflación sigue impactando (el Índice de Precios al Consumo cerró septiembre en el 3,5%, según el Instituto Nacional de Estadística). El aumento de los préstamos, especialmente de las hipotecas a tipo variable, no muestra signos de detenerse (el euríbor en tasa diaria ha superado el 4,2% en seis días de septiembre). Esto se suma a la baja rentabilidad ofrecida por la banca (en julio ofreció un 2,36% a un año, por debajo del 2,83% de la zona euro). Es una combinación de factores que ha llevado a la mayor retirada de depósitos bancarios de las familias en los meses de enero a agosto en la historia.

En concreto, al cierre de agosto, los hogares tenían 963.040 millones de euros en sus cuentas en el sector financiero, lo que representa una disminución de 21.847 millones en comparación con el cierre de 2022, equivalente al 2,22% del total. Estos datos fueron publicados por el Banco de España este jueves. Esta cifra es sin precedentes en los primeros ocho meses del año en la serie histórica del regulador, superando los 18.286 millones retirados entre enero y agosto de 2012.

La reducción se produce principalmente en los montos acumulados en cuentas corrientes (aquellas con rentabilidad nula o mínima, ya que el dinero está siempre disponible). Esto es evidente al observar los datos mensuales (-7.559 millones en agosto), en comparación con diciembre del año pasado (-52.493 millones) e incluso en términos interanuales (-41.768 millones). Mientras tanto, los depósitos a plazo aumentan (4.355 millones, 30.617 millones y 29.746 millones, respectivamente), pero no al mismo ritmo que las retiradas.

En resumen, existe una tendencia clara en la que las familias están moviendo su dinero con varios objetivos: en algunos casos, buscan obtener rendimiento de sus fondos, mientras que en otros se utilizan para hacer frente a gastos recurrentes y mitigar el impacto tanto de la inflación como del aumento de los intereses financieros.

Este comportamiento es muy estacional. Por ejemplo, en el caso de las familias, suele haber un aumento significativo en junio y diciembre, cuando los trabajadores reciben sus pagas extras. Sin embargo, esto no está contribuyendo a aumentar el ahorro, ya que esas sumas desaparecen en los meses siguientes.

En enero pasado, ocurrió algo similar, ya que se retiró prácticamente la misma cantidad que había aumentado en los depósitos bancarios en diciembre (alrededor de 13.000 millones). Y durante este verano, entre julio y agosto, ha ocurrido lo mismo con el aumento registrado en junio: dos tercios de la subida de 10.000 millones se han esfumado. Los expertos creen que lo que falta se retirará en septiembre, el último mes de las vacaciones de verano.

Este comportamiento de las familias también se explica por una actividad económica que se está enfriando. Los españoles lo sienten en sus bolsillos y se vuelven más cautelosos. Sin embargo, en esta ocasión no han podido aumentar su capacidad de ahorro, como hicieron durante la pandemia, pero al menos les permite mantener su capacidad de gasto en la medida de lo posible. Este "colchón de ahorro" generado durante la crisis del coronavirus se está agotando, aunque por ahora está ayudando a sobrellevar el impacto de las subidas de tasas de interés del Banco Central Europeo.

Joaquín Maudos, director adjunto del IVIE y catedrático de la Universidad de Valencia, resumió la situación diciendo: "Se está produciendo una amortización anticipada de hipotecas debido al fuerte aumento del euríbor, hay un trasvase hacia la renta fija debido a la menor rentabilidad de los depósitos y atractivas tasas de la deuda pública, y también el impacto de la inflación está obligando a recurrir al ahorro para mantener el nivel de consumo".

(Cinco Días, 29-09-2023)

02/10/2023|