El impuesto sobre el plástico se ha convertido en un motivo de preocupación para los contribuyentes que están sujetos a este tributo, el cual entró en vigor el 1 de enero de 2023. La complejidad en la aplicación de este impuesto ha generado muchas incertidumbres, llegando al punto en que muchos contribuyentes no saben cómo cumplir con sus obligaciones fiscales relacionadas con este impuesto.
La Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF) ha publicado un informe que aborda este impuesto y lo califica como un "engendro fiscal". Según Belén Palao, abogada y miembro del grupo de expertos en impuestos indirectos de AEDAF, este impuesto conlleva "obligaciones de difícil cumplimiento".
Para Palao, este tributo fue diseñado con apremio y, como resultado, su estructura técnica y arquitectura no son las más apropiadas. De hecho, según AEDAF, hasta la fecha de la redacción de su informe, se habían recibido aproximadamente unas 200 respuestas a consultas vinculantes emitidas por la Dirección General de Tributos (DGT) relacionadas con este impuesto.
En estas respuestas, AEDAF señala que se tratan cuestiones fundamentales, como la determinación de qué productos están sujetos al impuesto o la definición de un "fabricante". Sin embargo, la asociación de asesores fiscales advierte que existen otras cuestiones que aún no han sido analizadas ni publicadas por la DGT, lo que crea una gran incertidumbre y, como resultado, genera un alto nivel de disputas.
En este contexto, Palao advierte que el impuesto dará lugar a "muchos litigios" debido a los desafíos tanto en su declaración y liquidación como en la posterior revisión por parte de las autoridades fiscales.
"Si todos los operadores están teniendo tantos problemas, es evidente que [el impuesto] tiene deficiencias", afirma Palao, y subraya que la mayoría del tejido empresarial en España está formado por pequeñas y medianas empresas (pymes), para las cuales los requisitos técnicos de este impuesto son aún más complicados de cumplir.
(Expansión, 28-09-2023)